Son una familia de saurópsidos (reptiles) arcosaurios comúnmente conocidos como cocodrilos. Incluye a 14 especies actuales. Se trata de grandes reptiles semiacuáticos que viven en las regiones tropicales de África, Asia, América y Australia. Aparecieron por primera vez durante el Eoceno, hace unos 55 millones de años.
En
sentido estricto, un cocodrilo es cualquier especie que pertenece a la familia
Crocodylidae (a veces clasificada como la subfamilia Crocodylinae). No
obstante, el término también se puede usar de manera más flexible para incluir
todos los miembros existentes de la orden Crocodilia, es decir, los verdaderos
cocodrilos, los aligatores y caimanes (familia Alligatoridae) y los gaviales
(familia Gavialidae), así como los Crocodylomorpha, que incluye parientes y
antepasados extintos de los cocodrilos actuales.
Los
cocodrilos tienden a congregarse en hábitats de agua dulce como ríos, lagos,
humedales y algunas veces en agua salobre. Se alimentan principalmente de
vertebrados (peces, reptiles y mamíferos), y algunas veces de invertebrados
(moluscos y crustáceos), según la especie.
Ecología
Su
piel es escamosa, dura y seca. Llegan a vivir de 50 a 80 años.
Son
reptiles que viven en las áreas tropicales de África, Asia, América y
Australia. Son excelentes nadadores. Suelen vivir en ríos de corriente lenta y
se alimentan de una amplia variedad de animales, preferentemente vivos.
El
cocodrilo marino (Crocodylus porosus) vive tanto en agua dulce como en
estuarios salados y se adentra con frecuencia en el mar, lo que le ha permitido
colonizar muchas islas de Australia y todas las costas desde la India hasta
Australia, e incluso, en muchas ocasiones llega a cruzar el océano Índico y
llega hasta África Oriental, desde Somalia hasta Madagascar y Sudáfrica. El
cocodrilo marino no es el único en adentrarse en el mar, aunque sí el que lo
hace con más frecuencia. Así, el cocodrilo del Nilo (Crocodylus niloticus) ha
cruzado el mar para colonizar varias islas del océano Índico (entre ellas
Madagascar); y el cocodrilo americano (Crocodylus acutus) ha llegado a nado
hasta la mayoría de las islas del Caribe, e incluso a la punta sur de Florida.
Los mayores son el marino, el del Nilo y el del Orinoco (Crocodylus
intermedius).
Los
cocodrilos jóvenes se alimentan de cangrejos, insectos y ranas. Los mayores
cazan peces, se alimentan de animales muertos o permanecen en espera durante
horas, listos para engullir presas como mamíferos y aves acuáticas. Aferran a
la presa con mandíbulas poderosas y dientes filosos, arrastrándola debajo del
agua hasta ahogarla. Los cocodrilos no pueden masticar, de modo que cortan a la
presa, sacudiéndola y despedazándola con sus dientes. Nuevos dientes crecen
para reemplazar los que se rompen o se pierden. Su mordedura es la más poderosa
de todo el Reino Animal, de unos 1800 kilos de fuerza.
Los
cocodrilos llevan vidas bastante inactivas, ya que pasan inmóviles la mayor
parte del día. Por la mañana los ríos se calientan lentamente y los cocodrilos
a menudo buscan el calor del sol en la orilla. Por la noche el agua se enfría
lentamente, de modo que los cocodrilos pasan estas horas dentro del río para
mantenerse en calor. Abrir ampliamente sus bocas los ayuda a calentarse por las
mañanas o refrescarse al mediodía: en la boca los vasos sanguíneos están cerca
de la superficie de la piel, permitiendo que el calor pase rápidamente hacia o
desde la sangre al ambiente.
Los
cocodrilos tienen cuerpos pesados y metabolismos generalmente lentos, aunque
pueden controlar la velocidad de su digestión según la abundancia de presas y
de la temperatura ambiente; así, con una temperatura óptima (40-50 ºC) pueden
hacer una digestión rápida si abundan las presas o lenta si estas escasean (estos
últimos datos fueron probados científicamente hace muy poco). Están bien
adaptados a la vida acuática y solo de vez en cuando salen de ella, como el
gavial del Ganges (Gavialis gangeticus). Sobre la tierra, los cocodrilos se
deslizan arrastrando su estómago y empujándose con los pies. Para recorrer
distancias grandes, adoptan un "paso alto", levantando el cuerpo del
suelo y arrastrando la cola. Los cocodrilos, además, pueden "galopar"
a una velocidad máxima de 18 km/h.
Las
fosas nasales de un cocodrílido y sus ojos se encuentran en la parte superior
de la cabeza, lo que le permite ver y respirar mientras permanece en el agua.
Puede respirar parcialmente sumergido, cerrando un pliegue de la garganta que
evita que el agua penetre en los pulmones. Bajo el agua, las fosas nasales y
los oídos se cierran, y en sus ojos una membrana transparente se mueve en
sentido transversal actuando como un tercer párpado.
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