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sábado, 10 de junio de 2017

El Alacran


Los escorpiones  o alacranes, son un orden de artrópodos de la clase de los arácnidos. Están provistos de un par de apéndices en forma de pinza (pedipalpos) y una cola acabada en un aguijón provisto de veneno.

Se conocen unas 1400 especies en todo el mundo. Alcanzan tamaños entre los nueve milímetros de Typhlochactas mitchelli y los 21 centímetros de los emperadores (Pandinus imperator) o de Hadogenes troglodyes.

Habitan preferentemente en terrenos arenosos o rocosos o en las superficies tropicales y desérticas. Una minoría son arborícolas trepadores, erráticos o cavernícolas y mantienen relaciones comensalistas o sinantrópicas en las cercanías de moradas humanas, para quienes sólo una insignificante cantidad de especies puede resultar mortífera.

Las especies peligrosas para el humano, por la toxicidad de su veneno, pertenecen a la familia Buthidae, de los géneros Androctonus, Buthus, Leiurus, Mesobuthus y Parabuthus, en África y Medio Oriente, Centruroides principalmente en México y sur de EE. UU. Y Tityus en América del Sur.


Alimentación
Se alimentan principalmente de diversos animales invertebrados como insectos o arañas, raramente de caracoles o pequeños vertebrados como roedores, o lagartijas. La variedad de alimentos es por tanto inherente a la especie de manera más o menos marcada, sólo Isometroides vescus se lo considera especializado y se alimenta exclusivamente de unas pocas especies de arañas excavadoras.
Son exclusivamente noctámbulos. La mayoría de las especies acechan a sus presas en las cercanías de sus propias cuevas u otros lugares de refugio. Algunas especies son capaces incluso de cazar insectos voladores. También hay entre ellos cazadores activos, se trata principalmente de animales delgados con poderosos venenos. Durante la caza se emplean ambos pedipalpos como tenazas, y si no bastan para neutralizar a la víctima, entra en juego el aguijón, que se lanza por encima de la cabeza en menos de un segundo, envenenando a la presa. Luego desmenuza a la presa con los quelíceros, mientras al mismo tiempo unas enzimas predigieren el alimento. La papilla alimenticia, en forma líquida, es absorbida a través de la garganta hacia los intestinos. El proceso de alimentación puede requerir varias horas.
Muchos son capaces de aguantar sin comer durante mucho tiempo, algunos incluso años, ya que su metabolismo en reposo apenas necesita energía.
Depredadores y defensa
Son un manjar para diversas aves (sobre todo búhos), lagartos, serpientes, grandes sapos y mamíferos. Además muchos se cazan entre sí y también tienen enemigos entre artrópodos mayores como los ciempiés, solífugos, mantises y tarántulas.
Han desarrollado varios mecanismos defensivos para enfrentarse a ellos. La defensa más llamativa es el aguijón, dotado de un potente veneno, que se produce en el último segmento corporal y suele componerse de dos componentes, una para matar a los artrópodos de los que se alimenta y otra contra los vertebrados, como defensa. El de la mayoría de las especies supone poco peligro para los vertebrados mayores. Sin embargo, algunas poseen venenos también peligrosos o mortíferos para los humanos. El compuesto químico es una mezcla de componentes que funcionan como neurotoxina. Venenos especialmente fuertes tienen los ejemplares de la familia Buthidae (LD50-Valor entre 0,25 ppm y 4,25 ppm para el ratón). Al año fallecen entre mil y cinco mil personas por picaduras de escorpión, principalmente en México. En caso de pinchazo fatal, la muerte por apnea se produce entre cinco y veinte horas. Algunos depredadores se han especializado en estos arácnidos hasta el punto de haber desarrollado inmunidad contra su veneno o comportamientos que les permiten esquivar la picadura.
Por su modo de vida noctámbulo y su comportamiento, se mantienen casi siempre ocultos con lo que evitan además el contacto con la mayoría de sus enemigos potenciales.
Comportamiento social
La mayoría son solitarios, ya que tras el nacimiento sólo establecen relaciones de cazador o presa así como para el apareamiento. Algunas especies muestran sin embargo un marcado gregarismo. Así, algunas hibernan en buen número compartiendo guarida. De esas pocas, como por ejemplo Pandinus imperator, permanece también el nexo entre las crías y la manada, y forman grupos familiares que incluso cazan juntos.
Reproducción
Los huevos se incuban pues en el útero y, tras algunos meses (hasta doce), la hembra pare crías vivas (son vivíparos). El número de ejemplares por camada puede variar según la especie entre dos y más de cien. La prole es blanca al nacer y rodeada de sendas pieles embrionarias (corion). Tras librarse de esta membrana, trepan a la espalda materna, donde permanecerán hasta su primera muda de la piel, un proceso que según la especie y factores externos, experimentarán entre los uno y cincuenta y un días de vida. La hembra puede portar sobre sí entre veinticinco y más de cien crías que alimenta valiéndose de sus propias reservas energéticas corporales, proporcionándoles líquidos a través de la dermis. Durante todo este tiempo se muestra especialmente agresiva.
Con la primera muda descienden, pues, del lomo materno para valerse por sí mismos. Su posterior desarrollo consistirá en sucesivas mudas dérmicas, hasta cinco, tras las cuales habrán alcanzado la madurez sexual, momento tras el cual no cambian su piel nunca más.



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