Los
castores (Castor) son un género de roedores semiacuáticos nativos de América
del Norte y Eurasia que se caracterizan por sus amplias y escamosas colas. Este
género, de todos los que pertenecen a la familia Castoridae, es el único no
extinto en su totalidad, y engloba tres especies: el castor americano (Castor
canadensis), el castor europeo (Castor fiber) y el castor de Kellog (Castor
californicus), este último extinguido desde el Pleistoceno. Todas ellas habitan
exclusivamente en el Hemisferio Norte, excepto algunos castores americanos que
llegaron a la región sudamericana de Tierra del Fuego al ser allí introducidos.
También se introdujeron individuos de esta especie en ciertas regiones de
Europa. Con estas excepciones, Castor canadensis habita únicamente en
Norteamérica, y Castor fiber en regiones de Europa y Asia. Castor californicus
se extendía por lo que hoy en día es el oeste de los Estados Unidos. Aunque son
muy similares entre sí, las investigaciones genéticas han demostrado que las
poblaciones europeas y norteamericanas de castores son de especies distintas;
la principal diferencia radica en que tienen diferente número de cromosomas.
Estos
animales son conocidos por su habilidad natural para construir diques en ríos y
arroyos, y sus hogares —llamados castoreras— en los estanques que se crean a
causa del bloqueo del dique en la corriente de agua. Para la edificación de
estas estructuras, utilizan principalmente los troncos de los árboles que
derriban con sus poderosos incisivos. A pesar de la gran cantidad de árboles
que talan, los castores no suelen perjudicar el ecosistema en el que viven; por
el contrario, lo mantienen saludable, pues sus diques proveen una gran cantidad
de beneficios. Entre otras cosas, estas barreras propician la creación de
humedales, ayudan a controlar inundaciones y eliminan contaminantes de la
corriente. No obstante, en ecosistemas extraños para ellos, estas modificaciones
al ambiente pueden ser perjudiciales, como ha sucedido, por ejemplo, con los
castores introducidos en Tierra del Fuego.
Clasificación
El
género Castor es uno de los más de treinta géneros clasificados dentro de la
familia Castoridae. Dado que hay más de 2.200 especies de roedores, las
especies de este género representan aproximadamente el 0,13% del total de
especies que conforman el orden Rodentia. Los castores se encuentran
clasificados dentro del reino de los animales debido a que son organismos
eucariotas, pluricelulares y heterótrofos, con desarrollo embrionario y
capacidad de locomoción; en el filo de los cordados, ya que cuentan con una
notocorda, que es el principal sostén de su cuerpo, y en su caso se trata de la
columna vertebral; dentro de la clase de los mamíferos, pues son seres
vertebrados, amniotas, de sangre caliente, con glándulas mamarias y pelo; en el
orden de los roedores, el más numeroso de los mamíferos, ya que cuentan con dos
incisivos en sus mandíbulas superior e inferior, que se encuentran en constante
crecimiento; y dentro de la familia de los castóridos, la cual incluye a los
castores modernos y sus parientes primitivos, todos ellos caracterizados por
ser semiacuáticos, tener patas traseras palmeadas y grandes colas aplanadas y
escamosas.
Alimentación
La
dieta de los castores es estrictamente herbívora. Se alimentan de la corteza,
ramillas y hojas de los árboles que talan y de las raíces de plantas acuáticas.
Aunque pueden ingerir casi cualquier vegetal comestible que encuentren en la
orilla de un río o lago, prefieren ciertos alimentos sobre otros. Se ha
observado que los castores europeos prefieren la corteza y hojas de árboles
como sauces, abedules y avellanos, mientras que los castores americanos se
inclinan por árboles como sauces, abedules, álamos, cerezos, arces y alisos,
entre otros. A pesar de sus preferencias, la dieta de un castor suele basarse
en la disponibilidad de alimentos, por lo que no rechazan un alimento aunque no
sea de sus favoritos.
Para
subsistir en el invierno reúnen una reserva de comida, la cual mantienen
sumergida en el fondo del estanque donde viven, muy cerca de una de las
entradas a la madriguera. Acostumbran colocar las ramas más grandes en la parte
superior y las más pequeñas en la parte inferior de la pila para impedir que
éstas últimas sean arrastradas por la corriente. Mientras más frío sea el clima
en el que vivan, más importante se vuelve la recolección de esta reserva de
comida, pues suelen pasar prácticamente todo el invierno dentro de sus
madrigueras. Además de servirles como fuente de alimento, esta reserva de
madera tiene otra función. Ya que la superficie del estanque se congela durante
el invierno, los castores permiten que algunas ramas floten en el agua,
impidiendo que ésta se solidifique en esa zona. De esta forma pueden salir al
exterior en caso de alguna emergencia por ejemplo, si se agota la reserva de
comida.
Reproducción
Los
castores son capaces de aparearse en casi cualquier etapa de su vida, y son
monógamos aunque si su pareja muere, pueden conseguir otra Su monogamia se debe
principalmente a que, para el correcto cuidado de las crías, es necesario que
ambos padres colaboren, ya que uno solo no sería capaz de cuidarlas. Por lo
tanto, deben permanecer unidos todo el tiempo para que la reproducción tenga
éxito.
Hábitat
Los
castores habitan en las zonas ribereñas, y predominantemente en regiones frías.
La costumbre de estos animales durante cientos de miles de años en su hábitat
natural ha sido mantener saludables y en buen estado a los ecosistemas
acuáticos en los que viven, aunque para un observador humano, viendo todos los
árboles talados, en ocasiones puede parecer que están haciendo justo lo
contrario. En realidad el castor es una especie que trabaja como piedra angular
en su ecosistema al crear humedales que son útiles para muchas otras especies.
Después de los humanos, ningún otro animal modifica tanto el entorno que lo
rodea como el castor.
Madrigueras
Los
diques bien mantenidos bloquean la corriente de agua, creando de esta forma un
profundo estanque que ayuda a aislar el hogar de los castores: su madriguera, conocida
también como cabaña, una estructura de forma cónica donde la familia de
castores vive, y que es construida también con ramas y fango, además de musgo y
hierba entretejida.Las entradas de la madriguera se encuentran bajo el agua
para evitar que queden bloqueadas cuando la superficie del estanque se congele
y para hacer casi imposible el ingreso de otros animales (aunque se han
encontrado ratas almizcleras viviendo dentro de madrigueras junto con los
castores que las construyeron).
La
madriguera en sí consiste en una cámara principal, de hasta un metro de altura,
cuyo suelo está al nivel del agua y a donde llegan las entradas desde el
exterior, que por lo general son dos: la primera, recta e inclinada, es usada
para llevar madera al interior, y la segunda, que desciende al agua de forma
más directa, es utilizada solo para entrar y salir. Justo afuera de la primera
entrada, los castores mantienen almacenada su reserva de comida para el
invierno. En realidad la madriguera suele tener el piso a dos niveles
diferentes como medida de protección en caso de que se eleve el nivel del agua
durante el deshielo de primavera.68 A pesar de que el aire se filtra a través
de las paredes, también es común que haya una sección más delgada en el techo
que sirva para ventilar el interior y facilitar la entrada del aire.
0 comentarios:
Publicar un comentario