Caracol
es el nombre común de los moluscos gasterópodos provistos de una concha
espiral. Hay caracoles marinos (a veces denominados caracolas), dulceacuícolas
y terrestres. Los caracoles se mueven por medio de una serie de contracciones
musculares ondulatorias que recorren la cara inferior del pie. Estos poseen en
la boca una estructura llamada rádula, con miles de dentículos que les sirven
para raspar el moho de las rocas.
Características
Los
caracoles se desplazan con lentitud alternando contracciones y elongaciones de
su cuerpo. Producen mucus para autoayudarse en la locomoción reduciendo la
fricción y permitiéndoles el desplazamiento por zonas de elevada pendiente
debido a la untuosidad del mismo. Esta mucosidad contribuye a su regulación
térmica; también reduce el riesgo del caracol ante las heridas y las agresiones
externas, principalmente bacterianas y fúngicas, y los ayuda a ahuyentar
insectos potencialmente peligrosos como las hormigas. El mucus sirve además al
caracol para desprenderse de ciertas sustancias tóxicas como los metales
pesados.
Cuando
se retraen en su concha, segregan un tipo especial de mucosidad para cubrir la
entrada que al solidificarse forma una estructura llamada opérculo. El opérculo
de algunos caracoles tiene un olor agradable cuando se quema, por eso a veces
se usa como un constituyente del incienso.
Enfermedades
Los
caracoles, tanto terrestres como acuáticos, son portadores (vectores) de muchos
parásitos, tanto unicelulares como pluricelulares (diversas especies de
nematodos) que infectan a los animales que los ingieren. Se los considera
vectores de la gripe. Hospedadores intermedios de Fasciola gigantica, Fasciola
huski, Fasciola hepatica, trematodos frecuentes en el hígado de los rumiantes.
Y en diversas partes del mundo, como los trópicos, la esquistosomiasis o
bilharziosis afecta a 200 millones de personas.
Frecuentemente
utilizando estrategias inversas al aposematismo los gusanos parásitos delatan
al caracol, para que sea devorado por un predador.
Reproducción
Los
caracoles son hermafroditas, producen tanto espermatozoides como óvulos. Deben
acoplarse porque no pueden autofecundarse. Están equipados de un órgano
reproductor masculino y del órgano receptivo correspondiente. Otros, como los
caracoles manzana o Ampullariidae, son hembra o macho.
Los
caracoles de jardín, por parejas, se inseminan el uno al otro, para fertilizar
internamente sus óvulos. Generalmente, en la primavera y en otoño de las zonas
templadas, mientras el tiempo permanece caliente y húmedo. La cópula se hace
generalmente de noche y dura de promedio entre cuatro y siete horas. Se lanzan
el uno al otro una saeta o espícula de carbonato cálcico, que desaparece en el
interior del receptor. Al parecer, este dardo tiene una función estimulante, ya
que no lleva consigo célula sexual alguna. Después de este complejo cortejo, se
transfiere un espermatóforo (estructura contenedora de espermatozoides) del
órgano genital masculino de un individuo al femenino del otro individuo, donde
se irán liberando los espermatozoides con la consiguiente fecundación de los
óvulos.
Después
hacen un agujero, enterrando sus huevos algunos centímetros bajo la superficie
de la capa fértil. Pasados 15 días, estos huevos eclosionan y surgen las
caracolitas. Cada puesta consiste en hasta 50 huevos. Son capaces de poner
huevos una vez cada mes.
0 comentarios:
Publicar un comentario